Tanto con adolescentes como con niños más pequeños es vital saber comunicarnos, así como somos conscientes que debemos aprender a hacerlo en el trabajo, con la pareja, con amigos, pues definitivamente es una de las bases para tener buenas relaciones.
Hagamos un ejercicio… En este momento te invito a que reevalúes cómo te comunicas con tus hijos, recuerda como es tu comunicación la mayoría de las veces con ellos, tómate unos minutos para hacerlo, escríbelo. Y si por alguna razón no puedes hacerlo en este momento, busca un espacio para que lo hagas de manera consciente, tranquila y transparente para ti.
Si luego de esta evaluación, consideras que tu comunicación no se basa solo en preguntas, te felicito, igual te invito que leas hasta el final.
Si tienes hijos muy pequeños, comienza a practicar, créeme que te va a servir mucho durante toda la vida, y durante todo este proceso de ser padres, vuelve costumbre que cuando llegues a casa (aun cuando no te entiendan mucho), les cuentes algo de tu día.
Cuando ya ingresan al jardín, antes de preguntarles ¿cómo te fue?, cuéntales algo: «Hija/o, imagínate que hoy almorcé algo que a ti te encanta: era pollo con champiñones…» Eh, bueno este es solo un ejemplo.
Si hoy ya tienes un hijo adolescente, y no cultivaste necesariamente esto desde la edad temprana, ¡no te preocupes! Así como tú hoy puedes decidir aprender algo nuevo, cambiar de hábitos en el caso de la salud (por decisión o porque el médico te lo recomendó), de esa misma manera nunca es tarde para comenzar algo o cambiar algo. Claro, ten presente que va a ser un proceso, pues tu hijo no está acostumbrado, pero propicia espacios, dile que si antes la comunicación era poca, sientes que es un buen momento para empezar. Tal vez recibas rechazo al comienzo. Pero no te desanimes, pues te aseguro que vale la pena.
5 tips para mejorar la relación con tus hijos que considero más relevantes
- Siempre ten la intensión de tener una comunicación clara y efectiva con tus hijos.
- Has que la comunicación sea bidireccional, así que en adelante no solo preguntes o esperes que te cuenten cosas, sino que tú también cuéntales cosas tuyas.
- Siempre está disponible para ellos. En ocasiones colocamos las ocupaciones primero y simplemente decimos “ahora no hijo, estoy ocupado”. Claro si definitivamente no los puedes atender, explícale que justo en ese instante no es buen momento y le pides que te de unos minutos y en seguida estas con él. Puedes pregúntale si es muy urgente. Esos momentos donde ellos te necesitan tal vez sean tan vitales, que lo que estas haciendo fácilmente puede pasar a un segundo plano.
- Cuando estén conversando y estés escuchando, has tu mejor esfuerzo para estar presente, no en el celular, no mirando la televisión, no pensando en el trabajo o en cualquier otra cosa. Si ya tu hijo te está contando algo tienes mucho terreno ganado, no lo pierdas.
- Si lo que te está contando te alarma, o te molesta, mantente tranquilo, no lo juzgues ni le respondas alterado. Si crees que el tema amerita una conversación profunda, pero en ese momento no estas preparado, cuadra una nueva conversación, mientras analizas y organizas lo que le vas a decir, con las palabras y el tono correcto. Esto es vital para lograr que siga contando contigo, sin importar el tema.